jueves, 29 de agosto de 2013

Y a tí ¿qué música te gusta?

Para mí siempre es complicado responder a la típica pregunta: "Iván, ¿que música te gusta?".  A esta pregunta tan aparentemente inocente le sigue un "casi todo", lo cual puede ser interpretado como pocas ganas de hablar.  Pero la realidad es que es difícil responder.  ¿Rock mas duro?,  ¿blues?, ¿fado?, ¿folk?, ¿música celta?, ¿Bálcanica tal vez?, ¿Opera?, ¿Clásica?, ¿Alguna otra?.  En verdad todas.  Como toda persona que aspira algún día a poder crear obras que gusten y me permitan expresarme -no necesariamente en ese orden- soy consciente de que toda música tiene algo que aportarme.  Hoy nuevamente escuché a mi profesor de piano, tras oir tres de mis piezas de guitarra clásica, decir algo que llevo tiempo oyendo de mis maestros y es que mis creaciones tienen algo raro.  Aparentemente eso es algo bueno que me ayudará en su momento a distinguirme pero origina un problema.  Y es que tu cabeza piensa en compases extraños, melodías extrañas y hace falta un nivel mas elevado al que tengo para poder estudiarlas y trabajar en ellas.  "Luces y Sombras", "Recuerdos de Edimburgo", "Sueños", "Danza", "Smooking in the grass", "Something like you", mi actual composición a Piano, etc etc...  son todas obras que me cuesta estudiar pero que me ayudan a expresarme.  Es un placer que mi cerebro piense de esa forma tan extraña aunque luego pasen semanas de duro trabajo hasta que por fin entiendo que había en mi cabeza y puedo empezar a dibujar en una partitura las notas y ritmos.

Y es que mi formación músical ha tenido la gran suerte de contar con gente grande, muchos desonocidos, otros no tanto, gente como Manuel Galán Madorell, Francisco Hernandez Aguilera, Carlos, Sani Santrac, Javier Rubio, Dani León, Alberto Rionda, y ahora Angel Alvarez. Unos abriendo mi colección músical, otros con enseñanzas incalculables, y todos con un gusto por la música y ganas de compartir. Son tesoros en mi camino que me han abierto musicalmente. Algún día llegaré a ser un músico y os lo dedicaré desde lo mas profundo de mi corazón.

Así que sí, me gusta toda la música, y sí recomiendo a todos que abran su abánico músical.

miércoles, 28 de agosto de 2013

En silencio, en armonía...


Sentarse en silencio, escuchar lo que el mar nos quiso contar.  Mirando al horizonte, a nuestra derecha e izquierda, arriba y abajo.  Compartir el silencio, en silencio.  Otro día, otro momento para guardar, otro encuentro con la naturaleza, eso si es compartir algo grande.  Gracias por el regalo, a la naturaleza, al sol, a las nubes, al mar, a la tierra, a la compañía, a uno mismo.

(Playa del Silencio, Asturias)


sábado, 24 de agosto de 2013

Ayer asistí, una vez mas en muy buena compañia a un taller de meditación guiada, entre las visualizaciones habian animales y las chicas encargas utilizaban este libro para interpretar el significado de ellos. Parece ser muy recomendable. Aquí lo dejo...

domingo, 18 de agosto de 2013

Transmutando en silencio... : El poder transformador que llevamos dentro:

Aunque me lo habían dicho muchas veces, yo me limitaba a hacerlo sin pensar en si era así o no, sólo lo dejaba ocurrir.  Algunas veces intentaba hacerlo a conciencia y no lo conseguía.  En cambio cuando lo dejo fluir mi mente hace el resto de una forma acompasada, y armoniosa.  Hoy me he sorprendido una vez más en ese proceso.  Es impresionante, sorprendente y fascinante cuando te das cuenta que has cogido una experiencia, la analizas y la transmutas en algo bueno para tí.  No lo pienso, sólo dejo que ocurra, ha ocurrido tantas veces que ya sé que así ha de ser.  ¡Hoy con algunos ejercicios diarios descubrí que mi inconsciente estaba en ello!

Hoy me he vuelto a descubrir a mi mismo en ello.  En poco mas de un mes daré un paso mas, asistiendo a una actividad que llevaba tiempo en mi vida y en mi cabeza, que llevaba tiempo practicando "a mi manera" con las enseñanzas que me habían dado.  Ahora toca ordenarlo todo y darle su merecido color.  Algo que es bueno para mí, y lo será para quienes me rodeen.

No importa cual sea esa actividad, sino la capacidad para aprender de cualquier situación y con el aprendizaje adquirido buscar una nueva fuente de crecimiento personal.  ¡Eso es transmutar!

A esto yo lo llamo mi camino, mi proceso, mi búsqueda, así que sí, lo digo una vez mas:  

Seguimos caminando.

martes, 13 de agosto de 2013

El camino a la felicidad:

Hermosa palabra, sublime significado.  Pero siempre la creemos lejana y es que la buscamos afuera de nosotros mismos.  Buscamos un trabajo, una pareja, una situación económica, un paraje, pero todo ello está fuera y delegamos el poder de la felicidad en manos externas, así que muchas veces aún cuando tenemos trabajo, dinero, pareja descubrimos que no somos felices aún, y si lo somos cuando nos falta volvemos a añorar la felicidad.

Ser feliz es reconocerse como un caminante de la vida que ahora disfruta del paraje que tiene antre sí.  Ver la belleza en aquello en lo que antes veíamos poco o nada bello.  Es disfrutar de tu cámino. Aceptar lo que uno es, como es, aunque a veces la esencia del ser esté en evolucionar.  Estar en continua evolución no es sino una señal de estar vivos, es un rasgo al que adorar, y cuando lo haces, cuando miras atrás y ves los cambios eres un poquito mas feliz.  Así pues, la felicidad está en uno mismo, uno mismo es la única persona capaz de hacerse feliz de verdad.

- Busca aquello que te hace sentir y siéntelo.  Una canción, un color, lo que sea.  Crea tu lista de cosas que te hacen feliz y conservala bien, será tu tesoro.

- Expresa tus emociones.  Son tu mayor tesoro.  Dí sin temor que amas a tus amigos, familia o alguien desconocido si es así.  Riete cuando quieras, ¡no necesitas motivo alguno!. Si necesitas llorar hazlo sin miedo, en soledad o compañia, sin temor.  Áquellos que te quieren estarán para acompañarte en tan bonita tarea.

- Acéptate como eres, nadie mas que tu tiene tu combinación de rasgos, y evoluciona a tu ritmo exacto.  No te marques retos de cambio, integra en tu mente aquello que debes evolucionar y poco a poco lo irás consiguiendo.

- El odio y el rencor salen de tu interior.  Por tanto si odias o sientes rencor es porque tienes esos dolorosos sentimientos en tu ser.  Necesitas sacarlos contra alguien y así crees que te has liberado de ellos.  Pero no es así.  Tienes que liberarte de ellos, poco a poco, pero hazlo.  Piénsalo como un doble impulso.  Cuando expulsas hacía afuera odio o rencor, estás también empujandolo hacía a dentro, estás integrándolo en tu ser, en tu forma de pensar.  Así que expulsa en su lugar amor y aceptación.  Cada uno es como es, está en su fase de crecimiento y tú en la tuya.  No les desprecies por estar en otra onda.  Tan sólo decide juntarte con quien se corresponda con la tuya.

- Acepta tus errores.  El aprendizaje, muchas veces, se refuerza con el error.  Todos deseamos aprender sin sufrimiento, pero no siempre es posible y recuerda, siempre, que sólo erran los que intentan hacer algo, los que están vivos.  No te desesperes si caes varias veces en el mismo error, esa piedra en el camino con la que tanto has chocado seguirá ahí hasta que aprendas a evitarla, después aparecerán otras mas adelante.  En ocasiones necesitamos un sólo error para darnos cuenta, a veces mas, es tu proceso, no te juzgues por él.  Siéntate en el cámino y piensa porque has tropezado, riete, levantante y vuelve a caminar.  En algún momento dejarás de tropezar.

- Ámate a tí. El amor es aún mas bonito de lo que te han contado.  Da igual si amor a una pareja, a un amigo, familiar o cosa, es amor, y sentir amor nos llena de paz. Piensa si tal vez no te ames lo suficiente a tí y por eso necesitas a otra persona.

- Disfruta cada minuto de tu vida como si fuese la primera vez.  No me he equivocado, no, cuando disfrutamos de algo como si fuese la ultima vez le otorgamos carga negativa.  Si das el último abrazo a un amigo que se va, ves el último concierto, disfrútalo como si fuese el primero.  Aunque no sea el último, es un regalo que te dan, disfrutalo porque para eso te ha sido dado.

- Cada pequeña cosa o cada persona que habita en tu vida, son únicas, irrepetibles.  Son tu tesoro.  Verlas como tal, como lo que son, te hará sentir mas féliz.

-  Y sobre todo, nunca te compares con otra persona, no sabes que preocupaciones y tristezas tienen, sólo las que te muestran.  Tú disfruta de tu ser.

Ser feliz está en tu mano.  Así que sonríe, y sé feliz.

Sobre el amor y...

Desde el amor:  Reflexiones tras una conversación con un amigo al respecto...

Amar a una persona, todas o todos los seres y cosas.  Sólo estarás listo para ser amado cuando no necesites serlo.

Cuando una sonrisa te llena y es lo único que recuerdas.  Cuando su tristeza no es la tuya, sino que pretendes que tu felicidad le contagie cada poro de su piel.  Cuando al oirla hablar oyes su voz y sus palabras son mero acompañamiento, cuando eres capaz de sentirla sin que te diga nada.  Eso es amar.  No desear parar el tiempo sino aceptar que el reloj pasa y que cada minuto has estado feliz.  Recrearte en cada abrazo que te han dado y en cada abrazo que has dado.  También en los que añoras dar.  Soñar despierto con su compañia.  Pero es mucho mas aún.  Es repetar su espacio, el espacio de cada uno y proporcionarlo, proporcionártelo.  Eso es amar.  Aceptar la lejanía y cuando llegue la cercanía disfrutarla olvidando que en otro momento estuvo lejos.  Amar es evolucionar, para tí, para los demás.  Es todo, amarte a tí, amar a los demás desde la mas inmensa claridad de tu ser.  Amar es disfrutar de cada segundo de tu vida, estés en soledad o en compañia.  Evolucionar para tí, y ofrecer esa evolución con amor, decir "este soy yo, coge lo que desees, te lo doy con amor".  Amarse a uno mismo, ofrecer a los demás tu felicidad y no la responsabilidad de hacerte feliz.  Eso si que es amar.  Es acompañar en el viaje y no pedir que te lleven de viaje.

¿Eres capaz de amar? ¿eres capaz de hacer y sentir todo esto por tí?  Si te amas a tí, y a todos los demás, si brillas en el amor, no lo dudes, te amarán.

lunes, 12 de agosto de 2013

Un día en Porqueros, la experiencia folk con Diego y Nel García Rivas, Pablo, Mindi, Fran, y la maravillosa gente de Porqueros.

En un pueblecito de León, cerca de Astorga, llamado Porqueros habita una gente muy especial.  Personas sencillas y amables con quienes les visitan.  Encuentras una sonrisa en cada esquina y ganas de conversar con los que de fuera llegamos.  Pablo es uno de ellos, vive en Oviedo pero también tiene una residencia en Porqueros.  Está montando una asociación cultural de la nada, luchando y consiguiendo, como se hacían las cosas antes y como él hace ahora.

La estación de tren de Porqueros está ya casí en desuso, un tren de ida y otro de vuelta a Astorga son lo que tienen, y lejos de cerrarla ha conseguido crear en ella su asociación.  Ha montado una cafetería, un centro cultural.  Los baños sin puertas aún demuestran el poco a poco que caracteriza a las cosas bien hechas.  Como si de "El milagro de P. Tinto" se tratara allí tiene su particular sitio.

Iniciamos el viaje el sábado al medio día después de haber pasado yo la noche en una sálida fotográfica en el embalse de Barrios de Luna y dormido tan sólo tres horas.  Diego García Rivas, un apasionado de los instrumentos músicales folk me había enseñado días atrás su colección, tocamos juntos una composición mía, yo a la guitarra y él al Cajón.  De repente como quien habla de tomarse un café y mientras esperábamos mi autobús de vuelta a Oviedo me había ofrecido acompañarle a él y Nel (su hermano) al concierto.  Así que ahí estaba yo, en un coche hablando de ciencia, religión, misticismo, y aquello que tanto me apasiona, las relaciones sociales.  El GPS nos falló, algo que pasa a menudo, ¿verdad?, nos hizo salir de la autopista de peaje para volver...  Al llegar a la zona ándabamos mirando carteles a ver como podíamos llegar, pero llegamos.

Pablo, Mindi y Fran, nos esperaban para invitarnos a comer en el Camping de un pueblo cercano.  Cultura, música, personas, relación entre drogas y creación, así se sucedían los temas en un ambiente relajado en el que desde el principio pude mostrarme como soy, con mis ideas.  Mindi me comparó con Zuccero y me contó alguna experiencia que había vivido.  Al ver la forma en la que contaba esa experiencia solo podía interpretar esa comparación como un verdadero halago.  Ella trabaja en mi campo, hablamos de ello, de lo fácil o díficil que es el trabajo con niños en riesgo de exclusión social, de las barreras que nos encontramos y me hizo sentir comprendido, pude valorar mi experiencia de meses atrás con el grupo con el que intervenía en centros de menores.  Fran, con su juventud, se mostraba algo categórico pero yo sé que era muy flexible.  Fué una gran comida, llena de cultura y respeto.  Ràpidamente me sentí en mi sitio con gente verdaderamente abierta.

Al ir hacía Porqueros nos paro la guardia civil, curiosamente me ocurre con frecuencia, pero para bien mío y de mis acompañantes nunca porto ni drogas ni armas.  Las primeras porque no las consumo ni consumí nunca, las segundas porque son contrarias a mis valores.  Fueron muy amables y respetuoso, vaciaron mi bolso de mano con sumo cuidado y volvieron a meter en él todos los articulos de forma que casi parecían igual a como estaban.  Me sorprendió muy gratamente.

Ya en porqueros empezó la fiesta, rodaron los chupitos, las cervezas, la comida y me costó poder pagar mis consumiciones.  "Aqui los artistas no pagan" me decían, y cuando yo les explicaba que yo no era artista o al menos no iba a tocar para ellos, sino que lo haría Diego, respondían, "los amigos de los artistas tampoco".  Tuve que pensar la forma de poder beber todo el liquido que yo bebo (litros de agua, café y agua bicarbonatada) sin sentirme culpable y encontre a una persona que no me vinculaba al grupo de artistas así que a él le pedía y pagaba mis consumiciones cuando nadie me veía.  El concierto genial, música distinta, Zanfona, Ravel, y repertorio popular para regocijo de muchos.

Fué un gran día que acabo a las cinco de la mañana en mi casa habiendo perdido el sueño que llevaba desde que a las nueve de la mañana me había levantado, y con una sensación de plenitud, de haber conocido nuevamente a gente que merecía ser conocida, gente especial, de Porqueros y de Asturias.