miércoles, 31 de agosto de 2011

¿Y si me muero mañana?

Hace tiempo que me hago esta pregunta... ¿Y si me muero mañana que pasaría?  ¿Alguien lloraría mi ausencia? ¿Cuanto tardarían en olvidarse de que he existido?...  Calculo que bastan unos meses para olvidarse de alguien, pero que siempre quedan algunas personas que te recordarán durante mucho más tiempo.  Entre esas personas se me ocurren un par de nombres, dos personas para las que sé que siempre he sido importante.  También sumo a la lista a mi familia, pero para ser sinceros gracias a ellos, entre otros, me hago esta pregunta... ¿y si me muero mañana?

Parece lógico pensar que mi ausencia les haría pasar un mal momento, pero entonces algo no entiendo...  El amor debe ser cuidar a las personas para que mientras estén entre nosotros gozen de la mayor felicidad y amor posibles, no es el amor llorar a alguien que se ha ido porque ya no podemos disfrutar de su presencia...  Estoy seguro que si algún día necesito una operación cara, o que me salven de un ajuste de cuentas, o lo que sea, pondrán sobre la mesa hasta el último céntimo que tengan ahorrado para ayudarme... Pero me pregunto si eso les hace realmente mejor personas que aquellos que no disponen de un sólo céntimo que prestar pero te dan todo el amor desde el primer hasta el último momento.  Aquellos que periódicamente te dan muestras de que eres importante para ellos, aquellos que se molestan en preguntarte de vez en cuando: "Iván, ¿como te sientes? ¿Te preocupa algo?"...  El mundo esta lleno de buenas intenciones, de buenos sentimientos pero no los demostramos y con ello conseguimos que todos, yo también, nos estemos muriendo por dentro... pero esa muerte no se llora... al fin y al cabo seguimos estando disponibles para comer con ellos cuando nos lo soliciten...

¿Y si me muero mañana?  Seguro que me llorarán... pero... ¿y si me estoy muriendo ya? ¿y si la falta de atención y el aislamiento social en el que me encuentro desde que soy niño me ha matado ya por dentro y solo soy ahora ya un ser ápatico y casi vegetal?  Entonces... ¿que pasaría?  ¿lloraría alguien o se reservan esas lágrimas para la gente que fallece de verdad? 

¿Y si me muero mañana? Muchos sentiran no haber estado ahí, se dirán un montón de cuestiones algunas hasta hipócritas, porque hoy pueden hacerlo y no lo hacen...  ¿Si ocurriese se darían cuenta de lo importante que hubiese sido un poco de compañía?...  Pues no entiendo a que esperan para hacerlo, no entiendo porque su egoísmo sigue siendo el de siempre...

Tranquilos... mañana me despertaré como todos los días y arrastraré mi apatía o alegría, lo que me toque sentir mañana, allá donde se me requiera esperando que quizás mañana alguien se de cuenta y aporte su granito de arena para que no siga muriendo por dentro...

(Una reflexión de varios días, pero hoy no me he resistido a ponerla)

miércoles, 10 de agosto de 2011

Dia uno, llegando a Cracovia!



Plaza central de Cracovia
El avión salió a la hora prevista hacía Cracovia. Al haber solicitado ayuda me ofrecieron sentarme en los primeros asientos del avión, al lado derecho. A mi lado un señor grande que ocupaba con total tranquilidad el reposabasos y parte de mi asiento, así que viaje un podo incomodo. Estos asientos tienen la caracteristica de que la bandeja, al no haber asientos delante, sale del reposabrazos, así que tuvimos que despertar al señor para poder sacar la bandejita cuando pedí un café casi ya a la llegada a Cracovia. Tras varios intentos por mi parte el señor no se despertaba, entonces la azafata con un sólo toque le despertó, me sorprendió lo facil que le resulto. ¿Enseñarán técnicas de este tipo a las azafatas? Como de costumbre cuando paso una noche en el aeropuerto estuve casi todo el viaje durmiendo aunque esta vez no me sorprendió el aterrizaje, ya estaba despierto.

A la llegada a Cracovia, la primera impresión que me llevé fue muy parecida a una calle cualquiera de los países bálticos, lo que quiere decir que me gustó mucho. Para llegar al centro hay que coger un autobús urbano gratuito que lleno de personas y mochilas sugiere que sólo empujando se puede entrar en él. Al final no resultó tan dificil como parecía. Luego el autobús te deja en una estación donde se coge un tren que una única parada en el centro. El tren también va muy lleno, aunque el viaje es bastante corto y por fortuna conseguí sentarme y colocar delante de mis piernas la mochila.
Kasia me indicó que me bajase en la última parada así que yo imagine que cuando paro en la primera habrían mas. Tras casi diez minutos de espera en el tren preferí preguntar a una viajera que me confirmó que estaba en la única parada y debía bajarme. Menos mal que pregunté. Kasia me esperaba paciente en la estación con su bicicleta. Tras un cigarrito en la plaza cercana subí al bus y allí al final ya me esperaba Kasia.
Hice poco hoy, pero muy interesante. Dormí una siesta bien dulce y después salimos a pasear con la bici, camino del centro. Cracovia es cruzada por el rio Wisla. Es un rio ancho con numerosas curvas y a sus lados se puede pasear y andar en bicicleta. De hecho toda la ciudad está llena de carriles bicis que invitan a usarla para desplazarse. Numerosos mozos se acercan ofreciendo tours alrededor del rio Wisla y el tránsito de personas es muy grande.
Callle Grodzka
Calle Grodzka
1Ya en el centro conocí la Plaza Mayor de la ciudad, Rynek Glowny (plaza del mercado central). Cada ciudad en Polonia tenia un Rynek. La iglesia de Santa María se ve majestuosa desde esta plaza. Una de las calles que salen de la plaza, la calle Grodzka conduce hacía el castillo de la ciudad. Antaño era la ruta real de camino al mismo. Actualmente en esta calle existen multitud de negocios orientados al turismo, desde una innumerable cantidad de establecimientos que se autodenominan oficinas de turismo y que están centrados a vender paquetes guiados, hasta bares y restaurantes de todo tipo. Un tipo de bar que se encuentra habitualmente en Polonia son los Mleczny Bar que traducido quiere decir algo así como “Bar de leche”. Son establecimientos de comida casera y a muy buen precio. En esta calle, como no podía ser menos tienen uno de estos bares.
Tras comer un helado volvemos con la bicicleta a la calle Ulanow donde está su casa y ella se va a ver su pareja. Yo me quedo dando una vuelta y tratando de comprar algo en tiendas del extraradio donde es raro que alguien hable inglés.

martes, 9 de agosto de 2011

Dia cero del vaje... De casa a Londres.


Un puñado de euros en el bolsillo, algo que olvidar, y miles de kilometros por delante. Hoy empieza el camino hacía Polonia con una sensacion agridulce dificil de describir. Ese sabor agridulce pero que gusta, esa sensación de incomodidad que por bien conocida se hace mas cómoda que la misma felicidad.

El primer paso, tomar el autobús que me dirige hacía al aeropuerto. Como todo en este mundo tan capitalizado empieza por un desembolso poco lógico. Me cuesta siete euros y medio ir al aeropuerto, cada vez que voy lo suben un poquito y es que aún recuerdo aquella vez que me costaba cuatro euros y medio ir. En el aeropuerto comienza esa especie de vibración de descontrol buscado. Hace una hora, poco mas, que recibí un mensaje de la compañía aerea. Me dice que debido a un problema en el sistema de control los vuelos serán retrasados. Poca información, pero tampoco sé si quiero recibir mas porque asusta dejar tu cuerpo en un asiento y que tu vida esté en manos de tantos imprevistos previstos. Así funciona la aviación y así me asusta.  El saber que el sistema de control de aviación se ha caído (me enteré durante el vuelo) no ayuda a tranquilizarme.

Hora y media después de lo previsto, nada exagerado para este tipo de cosas, sale el avión. Esta vez he pedido asistencia dado que cuando hay un caos aeréo es complicado moverse entre las alocadas multitudes. Ya la experiencia del vuelo cancelado en Edimburgo me ha servido. En los aeropuertos brítanicos existen dos comportamientas opuestos. Si ocurre algo allí impera la ley de que cada uno se busca la vida con un fatigante “I am sorry but...” pero si dices necesitar ayuda, aunque como en mi caso se trate de simplemente ver los paneles informativos, te tratan exageramente. No existe un término medio y por ello te ves obligado a solicitar la atención.

Durante el vuelo pude dormir bastante.  De repente, en pleno sueño, escucho un estruendo y el avión comienza a vibrar de una forma inesperada.  Mi corazón se aceleró y obviamente me desperté muy sobresaltado.  Lo único que había ocurrido es que había aterrizado, nada fuera de lo normal, pero uno ya se ponía en lo peor.  A la llegada a Londres un operario me acompaña hacía el bus. El precio que debo pagar por cambiar de aeropuerto es nada mas y nada menos que 32 libras (una libra me la cobran debido a que pago con tarjeta de crédito). Así paso la noche entre buses y esperas en el aeropuerto.  Hasta que al final me subo al siguiente avión, ya rumbo a Cracovia.

domingo, 7 de agosto de 2011

Sera cierto...

Sera vedad. Será que soy un ser aséptico de pensamiento simple y cultura baja. Será que soy mas bien feón. Será que no aporto nada como pareja y estoy condenado a ser el eterno amigo sin amigos. Será correcto decir que mi vida es un horror y un caos irrecuperable, que lo que he dado no ha existido y que el amor se basa en estos absurdos funcionalismos. Será cierto, pero no me lo creo!