jueves, 19 de marzo de 2015

Recuerdo aquellas noches en la carretera con papá

Recuerdo esas noches en las que él conducía hacía Madrid y yo dormía en la parte trasera de áquel Talbot Horizón.  Aquellas paradas a las tres o cuatro de la mañana en plena carretera para comer un bocadillo, beber un refresco al lado del coche, y seguir el cámino.  No había autopista de aquella.  Esa forma en la que me despertaba.  Entrar en la ciudad cuando aún no se habían apagado las luces, y entrar en áquel médico.  Recuerdo ver sus lágrimas cuando todos creíamos que mi visión se iba.  Abrir los ojos y verle a él allí,  Recuerdo que siempre ponía el despertador a la hora que yo necesitase para llevarme a los curso que se me antojaban.  Que cuando vivía en Madrid y venía de visita el estaba ya a las cinco y pico de la mañana esperándome en la estación de   Oviedo (una hora antes de mi llegada).  Cuando hablamos de la vida y me aconsejaba, cuando le tenía que pedir que parase de bromear, lo que me habré reído y lo que me reiré.  Luchadores como él hay pocos, gente capaz de amar tanto, aunque no siempre lo diga, pero si que lo demuestre.

Y sí, soy afortunado, tengo un padre al que quiero y amo, y ¡que siga siendo así por muchos años!

Recuerdo aquellas noches en la carretera con mi papá, recuerdo a un papá que siempre estuvo ahí, y que ahí sigue.